No hay padres perfectos sino perfectibles. Como seres humanos podemos errar, y de hecho erramos. Pero nunca es tarde para realizar una autocrítica en la línea del mejoramiento y no dejar de ser lo que el mundo quiere: responsables. Para ello no hay recetas. A veces basta el sentido común y oír a la propia naturaleza. La paternidad es un don y una responsabilidad. Pero muchos consideran una carga o un papel demasiado grande para sobrellevar.
Siete hábitos
- ‘Los buenos padres dan regalos. Los padres eficaces ofrecen su propio ser’.
- ‘Los buenos padres nutren el cuerpo. Los padres eficaces nutren la personalidad’.
- ‘Los buenos padres corrigen los errores. Los padres eficaces enseñan a pensar’.
- ‘Los buenos padres preparan a sus hijos para los aplausos. Los padres eficaces preparan a sus hijos para los fracasos’.
- ‘Los buenos padres dialogan. Los padres eficaces dialogan como amigos’.
- ‘Los buenos padres dan información. Los padres eficaces cuentan historias’.
- ‘Los buenos padres dan oportunidades. Los padres eficientes nunca desisten’.